El cantante, satisfecho con su carrera musical, no puede enamorarse
Tokio Hotel es uno de los grupos con más tirón entre el público juvenil. Causan auténtica locura allá por donde pasen, y el éxito de sus trabajos discográficos ha llevado a sus componentes a lo más alto. Sobre todo a uno de ellos, Bill Kautiltz, el vocalista de la banda.
Sin embargo, a pesar de tener una vida acomodada y casi resuelta a sus 20 años de edad, Bill no está del todo contento: "Soy completamente feliz con mi carrera. Pero me gustaría que las cosas fuesen igual de bien a nivel privado. No sé lo que necesito para estar satisfecho, pero ahora no lo estoy", asegura el joven en una revista alemana.
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Aunque el amor es una de las posibilidades para completar la felicidad del cantante alemán, él lo ve improbable, pues además de estar siempre muy ocupado, es muy difícil conocer a alguien en plan privado: "Nunca salgo, ni siquiera de compras", añade.
Los fans de Bill, responsables del éxito y la fama que atesora, también tienen parte de culpa de su infelicidad, pues según el artista, cuando va a un club con guardaespaldas, "parece una sesión fotográfica o reparto de autógrafos. Entonces me siento como un animal en el zoológico".
Son momentos complicados en los que el cantante ha pensado en dejarlo todo, abandonar el grupo y la música para dedicar el tiempo a él mismo. Es el precio de la fama.
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